lunes, 6 de mayo de 2013

ALMA ESTELA SUÁREZ MENDOZA


       
  A veces las aves


Sólo a veces
   también las aves se entristecen

Cuando descubren que su nido
         se lo ha llevado el viento
cuando miran que a sus alas
            ya les faltan plumas
y su vista se ha cansado
    mirando el horizonte

 a veces ya no saben
   ni donde guarecerse
el humo y las tormentas
         van inundando todo
          el gato y la serpiente
        al acecho van tras ellas
       los árboles sin hojas
        ya van perdiendo el verde

Sólo a veces las aves
                 también se entristecen

                   y su canto por la tarde
                  reparte las nostalgias
                insospechadas notas
                 de mortecina queja
          descubre la añoranza
   vertida en sus gargantas

          las nubes a lo lejos
         lucen vestidos grises
              sacude su plumaje
                un frío perturbante
              en este ocaso pálido
            de sombras y silencios

las aves sólo a veces
                se entristecen conmigo

            las otras, a Dios gracias,
                alejan con sus trinos
                   la crónica tristeza
     que habita en mis pupilas


           Cigarra

    Despejar la memoria
         acudir a los túneles
          del sin tiempo, sin nada
apagar la luz
     encender una vela
            permitir al silencio
                   recorrer este espacio
                                malhumorado           
      Desgajar la noche
           y sentirse grillo
                  frotando las patas
                cantar doliéndose
       y atizar el fuego
     morderse los labios
       y apuntar la garganta
      hacia el cielo infinito
tocarse los pechos
       llorar la sequía
           perderse en la bruma
               de tanto abandono
          de tristeza callada
de violeta nostalgia
   temblando en mi vientre
         pedirle a la noche
que calle, que ciegue
  y a los ecos que  mueran
     Quedarse dormida
        insertarse en un sueño
         donde el alma que flota
      se sumerja en la calma
   y se vuelva cigarra



  Cita cancelada


Qué pena de no verte, cariño,

       qué pena de no ser filigrana entre tus manos

         qué pena de no escuchar la voz

           que provoca las mareas de mi ocaso


                    porque tus ojos no me vieron

               exhausta de placer sobre la alfombra

  porque no pude beber tu poesía y tu cuerpo a cucharadas


         Hoy no llegó el café

                ni las pláticas de cine

      hoy no me sorprendió el rubor que me acontece

             cuando me llamas      dulcemente:  hermosa


          Hoy estuvo ausente el resplandor que me invade

cuando unida tu cintura está a la mía

      cuando pincelas con tu lengua desvaríos

          cuando se acunan en mi espalda tu respirar y tu  pecho

               cuando cabalga el anochecer y no quiero irme


qué pena de no verte hoy

              pero me guardo

para estallar en girasoles cuando vuelva a verte



             Cobardía


No es deliberado este instinto de abandono
la huída se transforma en hábito
toda vez que el peligro acecha
toda vez que el dolor se asoma

La caída               estéril
los reclamos            recurrentes
es sustancial la inercia al descalabro

La memoria suele perderse
en lagunas desecadas
son pesadas y estruendosas
las vivencias fantasmales

Amurallada el alma
        ya no se estremece

Es de rigor
despertarse condoliéndose
los pasos descosidos,   ya no encuentran el rumbo
mis cegueras resultan indomables

Piso alfombras de césped
con púas escondidas
catarsis tras catarsis
ya no duelen ni las sombras

Rehuyo a tu mirada
que promete más cadenas



             Colibrí


En este plácido bosque

donde mi jazmín  espera

el batir de tus poderosas alas de arcoiris

ladrón de mi néctar rosado

del bosque tropical

esparces el polen

con este celo que te embriaga

luciendo tu plumaje entre corolas

polígamo conquistador de orquídeas

Huitzillin lucifer fulgens

garganta de fuego

que a mis pétalos abiertos

vas y vienes

dejándome hipnotizada

en torpor absoluto

hombre-picaflor eterno,

el mismo




          Dejo libre


Sólo retengo el agua entre las manos
porque el agua es vida,
pero dejo libres las horas
                           y  las caricias
dejo libres los encuentros
y los besos encendidos

nadie me pertenece
ni pertenezco a nadie
porque pertenencia es atadura
y las ataduras rejas
y las rejas prisiones
y las prisiones asfixia,
                             agobio y tristeza

dejo libres las sonrisas
para que corran por doquier
dejo libre la ternura
para que todo lo impregne
libres las palabras
para que todo lo comuniquen
     y los gestos
         y los ojos
para que todo se entienda

yo no retengo el tiempo
porque se acaba la historia
yo no retengo el alma
porque se acaba mi vida

yo no retengo el vuelo
porque se acaba el amor



           En  re  mayor

Aprovechar el viaje para repensar
         restablecer el orden adentro
      y reacomodar, reubicar, reparar


Renovar los pensamientos
         y aligerar el paso
reorganizar la memoria
          con lo que vale la pena


Recobrar el sentido
        recuperar confianza
                replantear lo sublime


Repasar el pasado
         pero sólo los grandes momentos


Reposar el alma en las sonrisas amigas
       reproducir las palabras que te dejaron huella


Reseñar los eventos que marcaron tu vida
       restituir la paz que te robaron
          retraerse de aquello que te ha herido


Y revelar, revalidar, reverberar
por siempre
      tu felicidad

 
Revestir una vida nueva



               Libertad 


         Su rostro se enciende

  y los amaneceres son cristales

      tras los que miro sus ojos

        Su ausencia provoca

    la angustia más perniciosa

y asfixia pretérita, presente y futura

      por ello te canto ahora

         bella perla de vida:       



          L I B E R T A D

     rumbo, sentido, camino

           L I B E R T A D

viento, anonimato, manos llenas

           L I B E R T A D

           mi voz interna

            mi faro noble

             mi soledad



      Silencio 


Vengo a refrendar
mi vocación de ermitaña
el silencio puede ser
la única medicina

Para sanar momentos
de tanta exigencia
de cuestionamientos
de palabras turbias

Quiero aquí asentar
que no es ésta una huída
sólo un remedio
contra la fatiga
y el hambre de ser
uno misma

Sin que se desaten discordias
ni malos entendidos
silencio para repensar
las humanas palabras

Silencio para acallar
las neurosis circundantes
y los constantes choques
de ideologías

Silencio, porque sí
porque deba hablar el alma

Silencio
porque las tempestades no calman
hasta que se cierran las bocas

Silencio



Todo vuelve


Todo vuelve
                  vuelve un día

vuelve el viento
                a doblar las mismas ramas

y las palomas
                 a los viejos edificios

vuelve la ola
              a besar la misma playa

y la mariposa
              vuelve al refugio del invierno

todo vuelve
           vuelve un día

vuelve la brisa
             y lo besa todo

vuelve la risa
           al empañado rostro

vuelven las horas
            y las noches frías

todo vuelve
         vuelve un día

los desgraciados amantes
        que no se despidieron

vuelven
       vuelven un día


© Alma Estela Suárez Mendoza
                                         
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