A
veces las aves
Sólo a veces
también las aves se entristecen
Cuando descubren que su nido
se lo ha llevado
el viento
cuando miran que a sus alas
ya les faltan plumas
y su vista se ha cansado
mirando el horizonte
a veces ya no saben
ni donde guarecerse
el humo y las tormentas
van inundando todo
el gato y la
serpiente
al acecho van tras ellas
los árboles sin hojas
ya van perdiendo el
verde
Sólo a veces las aves
también se entristecen
y su canto por la tarde
reparte las nostalgias
insospechadas notas
de mortecina queja
descubre la
añoranza
vertida en sus gargantas
las nubes a
lo lejos
lucen vestidos
grises
sacude su plumaje
un frío perturbante
en este ocaso pálido
de sombras y silencios
las aves sólo a veces
se entristecen conmigo
las otras, a Dios gracias,
alejan con sus trinos
la crónica tristeza
que habita en mis pupilas
Cigarra
Despejar la
memoria
acudir a los túneles
del sin
tiempo, sin nada
apagar la luz
encender
una vela
permitir al silencio
recorrer este espacio
malhumorado
Desgajar la noche
y
sentirse grillo
frotando las patas
cantar doliéndose
y atizar el fuego
morderse
los labios
y apuntar la garganta
hacia el cielo infinito
tocarse los pechos
llorar la sequía
perderse en la bruma
de tanto abandono
de tristeza
callada
de violeta nostalgia
temblando en mi
vientre
pedirle a la noche
que calle, que ciegue
y a los ecos que mueran
Quedarse
dormida
insertarse en un sueño
donde el alma que
flota
se
sumerja en la calma
y se vuelva cigarra
Cita
cancelada
Qué pena de no verte, cariño,
qué pena de no ser filigrana entre tus manos
qué pena de no
escuchar la voz
que
provoca las mareas de mi ocaso
porque tus ojos no me vieron
exhausta de placer sobre la alfombra
porque no pude beber tu
poesía y tu cuerpo a cucharadas
Hoy no llegó el
café
ni las pláticas de cine
hoy no me sorprendió el rubor que me acontece
cuando me llamas dulcemente: hermosa
Hoy estuvo
ausente el resplandor que me invade
cuando unida tu cintura está a la mía
cuando pincelas con tu lengua desvaríos
cuando se
acunan en mi espalda tu respirar y tu
pecho
cuando cabalga el anochecer y no quiero irme
qué pena de no verte hoy
pero me guardo
para estallar en girasoles cuando vuelva a verte
Cobardía
No es deliberado este instinto de abandono
la huída se transforma en hábito
toda vez que el peligro acecha
toda vez que el dolor se asoma
La caída
estéril
los reclamos
recurrentes
es sustancial la inercia al descalabro
La memoria suele perderse
en lagunas desecadas
son pesadas y estruendosas
las vivencias fantasmales
Amurallada el alma
ya no se estremece
Es de rigor
despertarse condoliéndose
los pasos descosidos, ya no encuentran el rumbo
mis cegueras resultan indomables
Piso alfombras de césped
con púas escondidas
catarsis tras catarsis
ya no duelen ni las sombras
Rehuyo a tu mirada
que promete más cadenas
Colibrí
En este plácido bosque
donde mi jazmín espera
el batir de tus poderosas alas de arcoiris
ladrón de mi néctar rosado
del bosque tropical
esparces el polen
con este celo que te embriaga
luciendo tu plumaje entre corolas
polígamo conquistador de orquídeas
Huitzillin lucifer fulgens
garganta de fuego
que a mis pétalos abiertos
vas y vienes
dejándome hipnotizada
en torpor absoluto
hombre-picaflor eterno,
el mismo
Dejo libre
Sólo retengo el agua entre las manos
porque el agua es vida,
pero dejo libres las horas
y las caricias
dejo libres los encuentros
y los besos encendidos
nadie me pertenece
ni pertenezco a nadie
porque pertenencia es atadura
y las ataduras rejas
y las rejas prisiones
y las prisiones asfixia,
agobio y tristeza
dejo libres las sonrisas
para que corran por doquier
dejo libre la ternura
para que todo lo impregne
libres las palabras
para que todo lo comuniquen
y los
gestos
y los ojos
para que todo se entienda
yo no retengo el tiempo
porque se acaba la historia
yo no retengo el alma
porque se acaba mi vida
yo no retengo el vuelo
porque se acaba el amor
En re mayor
Aprovechar el viaje para repensar
restablecer el
orden adentro
y
reacomodar, reubicar, reparar
Renovar los pensamientos
y aligerar el paso
reorganizar la memoria
con lo que
vale la pena
Recobrar el sentido
recuperar confianza
replantear lo sublime
Repasar el pasado
pero sólo los
grandes momentos
Reposar el alma en las sonrisas amigas
reproducir las palabras que te dejaron huella
Reseñar los eventos que marcaron tu vida
restituir la paz que te robaron
retraerse de
aquello que te ha herido
Y revelar, revalidar, reverberar
por siempre
tu
felicidad
Revestir una vida nueva
Libertad
Su rostro se
enciende
y los amaneceres son
cristales
tras los que miro sus ojos
Su ausencia provoca
la angustia más
perniciosa
y asfixia pretérita, presente y futura
por ello te canto ahora
bella perla de
vida:
L I B E R T
A D
rumbo,
sentido, camino
L I B
E R T A D
viento, anonimato, manos llenas
L I B
E R T A D
mi voz
interna
mi faro noble
mi soledad
Silencio
Vengo a refrendar
mi vocación de ermitaña
el silencio puede ser
la única medicina
Para sanar momentos
de tanta exigencia
de cuestionamientos
de palabras turbias
Quiero aquí asentar
que no es ésta una huída
sólo un remedio
contra la fatiga
y el hambre de ser
uno misma
Sin que se desaten discordias
ni malos entendidos
silencio para repensar
las humanas palabras
Silencio para acallar
las neurosis circundantes
y los constantes choques
de ideologías
Silencio, porque sí
porque deba hablar el alma
Silencio
porque las tempestades no calman
hasta que se cierran las bocas
Silencio
Todo vuelve
Todo vuelve
vuelve un día
vuelve el viento
a doblar las mismas ramas
y las palomas
a los viejos edificios
vuelve la ola
a besar la misma playa
y la mariposa
vuelve al refugio del invierno
todo vuelve
vuelve
un día
vuelve la brisa
y lo besa todo
vuelve la risa
al
empañado rostro
vuelven las horas
y las noches frías
todo vuelve
vuelve un día
los desgraciados amantes
que no se despidieron
vuelven
vuelven un día
© Alma Estela Suárez Mendoza
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